domingo, 5 de agosto de 2007

De San Pedro a Uyuni: la Frontera Cordillerana

Nuestro periplo andino comenzó en San Pedro de Atacama, la meca de los mochileros andinos. San Pedro es un antiguo poblado campesino que vivía del cultivo de pequeñas huertas en la vega que formaba un riachuelo antes de llegar al salar de Atacama. Actualmente es un conglomerado de hoteles, hostales, restaurantes y agencias de viaje, a la caza del turista. Todo está carísimo, y aunque el entorno es increíblemente bonito, no pudimos dejar de sentir la sensación de estar un poco en “disneylandia”. El primer día, de adaptación a la altura (aquí estábamos a 2500 m) nos alquilamos unas bicis y fuimos de visita al Valle de la Luna. En total fueron unos 30 km., y la verdad, bastante duros, para un grupo de urbanitas poco acostumbrados a las alturas y los esfuerzos fisicos. Pero mereció la pena. Aquí tenéis un par de fotos del grupito de “verano azul” y del paisaje de la zona:

El siguiente día comenzó la aventura. Contratamos un “tour” que nos llevaría durante tres días hasta al salar de Uyuni, atravesando la que probablemente es la zona mas remota y difícil del altiplano andino. Por acuerdo unánime, esta “introducción a la cordillera” fue la parte del viaje mas impactante, con los paisajes mas bonitos, y la mas dura de llevar. La primera mañana subimos desde San Pedro hasta los 4500 m, y ya no bajamos de los 4000 m. hasta Arequipa, casi al final del viaje. La altura es dura, os lo aseguramos. El camino lo hicimos a bordo de un viejo Toyota Landcruiser, con cientos de miles de km. en sus viejas ruedas, que se portó magníficamente. Acompañados de Vicente, nuestro chofer-guía aymará atravesamos lagunas heladas, glaciares, volcanes, termas, geyseres y páramos infinitos en los que pastaban las asustadizas vicuñas, por caminos de piedras cortantes, duros y polvorientos. Allá arriba hubo que dormir a 2º, con la cabeza casi estallando por la altitud y sepultados por una espesa capa de seis mantas. Pero mereció la pena. Aquí os enseñamos algunas fotos de la ruta:

El día que llegamos al salar dormimos en un Hotel de Sal. Se trata de unos pequeños albergues (hay unos cuantos) cuyas paredes y suelos están hechos de bloques de sal. Lo mejor, sin duda, fue la larga ducha caliente que pudimos darnos por la noche.

El Salar de Uyuni es un lugar increíble. Son 12.000 km2 (el tamaño de la provincia de Jaén, o tres veces la isla de Mallorca) de Sal. Un llano inmenso de un blanco indescriptible en cuyo centro solo ves luz. Blanco por todos sitios, tu, el cielo azul, y el sol (y Jose haciendo fotos como un chino por todos sitios). En medio hay una isla, inkawasi, con una fuente y muchos cactus, gigantescos.

Finalmente, antes de llegar a Uyuni, fuimos al cementerio de trenes. Un lugar, paraíso de fotógrafos, llenos de viejos trenes de vapor oxidados y desechos, esperando tranquilamente a que la sal se los coma, y seguramente soñando con cuando cruzaban las montañas llenos de esa misma sal, echando humo y buscando el pacifico que se llevaría su carga a otros lugares.

Uyuni-pueblo es, como se dice por España, un lugar mas bien feo. Lleno de cholas (mujeres andinas con su falda, sandalias, chal de colores y típico gorro de hongo) niños-viejito con las manitas y las caritas agrietadas por el viento y el sol. Y con algunos cientos de gringos mochileros despistados, buscando movilidad para salir de allí, o para entrar a al Salar y pasar a Chile. Nosotros, superado este despiste, conseguimos plaza en el “Arnold Forever”, una vieja tartana (bus lo llamaban allí) que a pesar de sus coloridos carteles de “gran lujo” y “confort” no dejaba de ser un duro, viejo y estrechísimo (diseñado para gente con estatura por debajo del 1.60) transporte que nos llevaría por un helado camino de cabras hasta la mítica ciudad de Potosí.

Pero Potosí será cosa de otro día. Hasta entonces, muchos besos a todos!

4 comentarios:

emereci dijo...

Joder, niño, estás hecho todo un cronisto. Me ha encantado. Y las fotos ya ni te cuento... Me dejas mordiéndome las uñas a la espera de los próximos capítulos.

Raúl y Bárbara dijo...

Gracias Sonia, que es que eres mas apañá....!!

Anónimo dijo...

yo tambien ardo en deseos de leer el proximo capitulo...y eso que fuí! Tan solo (y skywalker)una reflexion propia q traje de vuelta:Cuiden su idioma señores!!!pues en contra de lo q tenia prejuiciado nuestros hermanos sudacas se parecen bastante a nosotros en este aspecto ,lamentablemente.Un beso pareja

Anónimo dijo...

Pelich… ahora escuchando el “rabo de nube”, mientras curro, recuerdo esos momentos pasados juntos.
Que vaya viajitos que os metéis, que no pares de actualizarlo que lo miramos muy a menudo aunque no hagamos comentarios.
Un abrazo enorme pa los dos y… a ver si os voy a visitar.
Tt.